RECUERDA LA PRUEBA DE TUS TEMPERAMENTOS Y LEE SOBRE LOS TEMPERAMENTOS ANTES DE COMENZAR

EL MELANCÓLICO Y LOS ANALÍTICOS.


El melancólico tiene el temperamento más rico de todos. Se distingue por su aptitud analítica, lo perciben como muy talentoso, perfeccionista, abnegado, y tiende a actuar con sensibilidad. Nadie disfruta más del arte, la música y la arquitectura que el melancólico. Por lo común prefiere mantenerse en anonimato y callado, pero como opta por aquello menos observado por otros, y menos frío en su toma de decisiones actúa sumamente con sensibilidad y sentimental. De aquí se proyecte súbitamente con ánimos variados. A veces lo elevan a las alturas del éxtasis que lo llevan a obrar en forma más expresiva. Sin embargo, en otros momentos se demuestra triste y desolado, lo probable que en esos momentos delibera con mayor escudriñamiento y algo escurridizo que inclusive lo perciban como un antagónico. Aristóteles decía que “todos los genios son de temperamento melancólico” (J. Beltrán Llera, Psicología de la Educación, pág. 111) cuando trata en sus obras sobre política y ética.
El melancólico opta actuar muy fiel con sus amigos, pero a diferencia del sanguíneo no hace amistad con facilidad. Pocas veces se esfuerza por conocer a la gente; más bien se limita a esperar que acudan a él. Quizás sea el de temperamento más confiable, por cuanto se inclina a actuar minuciosamente y como perfeccionista no permite hacerse a un lado o abandonar a otros cuando cuentan con él. Su reticencia natural a tomar la delantera no es indicación de que no le guste la gente. Como a todos, no sólo le gusta la gente sino que tiene un gran deseo de ser aceptado por ellos, aunque en ocasiones se muestre evasivo. Las experiencias desalentadoras son hincapié para rehusar a la gente y por ello es usual en ellos a sospechar cuando lo buscan o le traen atenciones.
Su excepcional capacidad analítica, si le dan tiempo a utilizar su metodología que usualmente le toma más tiempo que al colérico, ayuda a diagnosticar acertadamente los obstáculos y los peligros de cualquier proyecto en el que participa. Así contrasta marcadamente con el colérico, que pocas veces ve los problemas o dificultades, pero que confía en que va a poder resolver cualquier crisis que se le presente. Estas características a menudo hacen que el melancólico no quiera iniciar algún nuevo proyecto o que se vea en conflicto con los que quieran iniciarlo. Cuando una persona ve los obstáculos en lugar de los recursos o metas, es frecuente que se descorazone antes de empezar. Dicho de otra manera según la psicología convencional, el melancólico es un pesimista nato. Básicamente, suele cuestionar lo que usualmente se toma por hecho hasta el extremo, escéptico.
El melancólico suele descubrir su mayor sentido de la vida entregándose al sacrificio personal. Con frecuencia elige una vocación difícil, que requiera mucho sacrificio personal. Pero una vez que ha elegido, actúa sumamente metódico y persistente en el cumplimiento de su deber. Quizás es probable que realice grandes cosas si no se sume en su afanada insistencia de que se haga las cosas como haya delineado tan rigurosamente, que finalmente hasta abandone todo.
Toda vocación que requiera perfección, abnegación y creatividad es adecuada para el melancólico. La mayoría de los grandes compositores, artistas, músicos, inventores, arquitectos, organizadores, filósofos, idealistas, teólogos, compulsivos escudriñadores y dedicados educadores del mundo han sido predominantemente melancólicos. La capacidad analítica necesaria para proyectar edificios, concebir proyectos requiere el temperamento de un melancólico. Pero también pueden ser artesanos de primera: carpinteros, albañiles, plomeros, horticultores, planificadores, abogados, escritores, mecánicos, ingenieros, y relacionados a los previos. Pueden ser miembros de toda profesión que proporciona un servicio con sentido humanitario y de beneficio colectivo.
DEBILIDADES DEL MELANCÓLICO

Como el melancólico actúa básicamente cuestionándolo y criticando todo, suelen verlo como una persona pesimista. Las admirables cualidades del perfeccionismo y la escrupulosidad conllevan con frecuencia la sería desventaja de mirar el lado opuesto o contrario de la mayoría que no simpatice con él, de modo que suele ser rechazado por su espíritu de crítica. Se debe recordar que usualmente, lo primero que haría un melancólico ante cualquier exposición u opinión por sus comensales lo filtrará bajo sus parámetros categóricos como una negativa. Este solo rasgo limita la actuación vocacional del melancólico más que ningún otro. Apenas se le presenta una nueva idea o un proyecto nuevo su habilidad analítica se enciende y comienza a imaginar toda clase de problemas y dificultades que en su opinión podrían surgir al poner el proyecto en práctica. Para la empresa industrial esto es una ventaja, porque mediante este rasgo el melancólico puede anticipar los problemas y prepararse para ellos. Pero para su propio beneficio individual es una desventaja pues no emprende una empresa por su cuenta y sacar ventaja de su creatividad. Es raro que una persona predominantemente melancólica inicie un nuevo negocio o proyecto por su cuenta; en cambio es fácil que sea utilizado por personas menos dotadas pero de temperamento emprendedor. El melancólico es capaz de experimentar el “arrepentimiento del comprador” antes de comprar la mercancía, y no como los otros que la experimentan tiempo después.
Los melancólicos deberían confeccionar un espíritu de crítica que lo proyecten con tacto y diplomacia de manera no zanjar rechazos inmediatos, razón por la cual suele sumirlos en una actitud disidente, y desconformados hasta consigo mismo.
El melancólico es más egocéntrico que cualquier otro temperamento, pues todo lo interpreta en relación consigo mismo o sus parámetros categóricos. Si, por ejemplo, se anuncia en su trabajo alguna nueva disposición, inmediatamente reacciona alarmado pensando que es a él al que quieren agarrar. Tiende además a compararse con los otros en apariencia exterior, en talento, en intelecto, sintiéndose invariablemente deficiente porque jamás se le ocurre que se compara con los mejores rasgo del otro y hace a un lado sus puntos débiles.
Este rasgo de egocentrismo, juntamente con su carácter sensible, hace que el melancólico sea muy susceptible y quisquilloso por momentos. Se puede ofender a un melancólico con solo una mirada de amenaza o sospechas.
Vengativo y propenso a sentirse perseguido

El talentoso cerebro del melancólico puede ser terreno fértil para conceptos creativos y positivos, o por el contrario la fuente de pensamientos perjudiciales. Aun cuando no es tan expresivo como el sanguíneo o el colérico en su enojo, es perfectamente capaz de alentar un rencor de ebullición lenta y de larga duración que lo va manifestando en pensamientos vengativos y otros de persecución. Si mantiene este enfoque por un largo tiempo es probable que se retraiga o a lo menos explote de ira, de un modo que resulta enteramente distinto de su modo usual de actuar suave y diligentemente.
Su constante búsqueda de un mundo mejor logra que el melancólico tome decisiones poco convencionales o llamadas “realistas”. En la mayoría de las veces su desconformado pensamiento vengativo y ensanchado empeño de lograr una vida ideal o utópica saca la conversación fuera de toda perspectiva. Bienvenida la diferencia.
Temperamental, depresivo, antisocial

Una de las características más prominentes del melancólico se refiere a los vaivenes de ánimo. En algunas ocasiones se siente transportado a tales alturas que obra como si fuese un sanguíneo y en otras, se siente tan bajo que desearía deslizarse por debajo de las puertas y esfumarse. A medida que pasa el tiempo y aumentan los momentos de insatisfacción, amarguras y desilusiones, aumenta su autoconceptualización de si como una escoria, a menos que haya desaprendido con el arte del compartir e interiorización de lo bueno y lo malo, y como vivir sin choques con los “diferentes” o de opiniones opuestas.
Legalista y rígido

Ningún temperamento es tan susceptible a ser rígido, implacable e intransigente, hasta el punto de ser totalmente irascible en su manifiesto, como trastoca con su temperamento complementario el colérico. Es posible que los funcionarios del orden público y jurídico le urjan unos toques melancólicos…
El mártir natural de su causa.

Es incapaz de falsear la información en los formularios de impuestos o cualquier otro (si es moralista). Es intolerante e impaciente con los que no ven las cosas como las ve él; en consecuencia le resulta difícil formar parte de un equipo desbandado y con frecuencia se desenvuelve mejor sólo en el mundo comercial o empresas particulares.
Impráctico y teórico

El melancólico es un idealista por lo que a veces lo tildan de “impráctico” pues no es muy bien visto en grupos abiertos donde las ideas “revolucionarias” no son bien acogidas, y como es mucha teoría le convendría someter siempre sus proyectos a la prueba de la viabilidad y si meritorio asociarse con personas de otros temperamentos que le complementen, como sería el colérico o su opuesto el sanguíneo.
Algunos detalles y anécdotas sobre el melancólico y su relación con otros temperamentos. 
Empecemos con una síntesis y cuanto necesitamos de los melancólicos por su:
· Intensidad para buscar los verdaderos valores de la vida, y apreciar como para crear obras de las cosas bellas de la naturaleza
· Talento de analizar y “hacer todo decentemente y en orden” para llegar a la solución correcta y
· Actuar con la mayor precisión y perfección mientras los demás trabajan desordenadamente
· Su lema: “Si vale la pena hacerlo, vale la pena hacerlo bien”. 
Los melancólicos son los más talentosos y creativos de todos los temperamentos y actúan empecinadamente con detalles haciendo listas y esquemas ocupando la mayor parte de su tiempo minimizando el error en su selección. De hecho esto me recuerda cuando yo finalmente opte seleccionar una pareja de matrimonio una vez termine los estudios sin otro fin que no fuera el académico, confeccione una lista de todos los atributos que consideraba indispensables en una esposa. Y aunque la comparación debía ser lo más neutral y equitativa, ciertamente quien es mi amada esposa cumplimento con un gran porcentaje de ésta. Recuerdo que para mi toma de decisiones incluí requisitos como; persona con valores, simpática (la contraparte del melancólico es la sanguínea), hermosa (y mucho, un 9.5 o 99.55%), letrada o estudiosa, humilde y entre otras, valiente y sagaz. Creo también incluí tolerante y prudente. Tal vez fue después que me comprometí con ella que descubrí estas grandes virtudes en ella. Ciertamente, vitales para una buena relación propiamente perpetua del matrimonio. Estimo que cuando se intenta conocer a otra persona nunca es suficiente cuando aun ni si quiera se conoce uno mismo alegando tal presunción por el tiempo que pueda tomar tal proyecto. Se sorprende uno cuando actuó de tal forma tan diferente a lo esperado que se queda uno boquiabierto. Pero al menos hay unos requisitos. Si. Aunque sean mínimos. El resto se irá trabajando en la marcha. Lo más importante es no echarle la culpa ni al destino ni a su pareja. Flaquezas se encuentran en el mismo saco de las fortalezas de uno y del otro. Que viva la raza humana. 
Ahora bien, como sabemos que los melancólicos sucumben ante momentos de tristeza (no es costal del colérico) lo idóneo es que reescriba su forma de pensar y ver a los demás con mayor alegría y gozo. El escuchar música no le brindara esto, pero su actitud enfocada correctamente al ver al otro como una persona que no está en su deber de tolerar las groserías de los demás y menos una cara lánguida, será preferible para no espantar ni crear una mala imagen de uno, actuar ante la critica inapropiada, alegremente. Sonría, goce y no se envilezca en la lontananza. Dele pausa al mundo analítico e incursione en éste gran momento de una deliciosa conversación con otro melancólico o escucha al sanguíneo, pero hazle preguntas variadas para que no se aburra y prepara de antemanos un buen archivo de chistes y anécdotas. Si compartes con el compatible en enfoques del flemático es bueno que le reconozca lo grato que es tenerlo a su lado y al colérico repostarle con firmeza porque si no te come vivo. De todas maneras, en una conversación no hay muertes, solo agrados, diferencias y algunas opiniones quizas encontradas, pero el mundo no termina aquí, siempre las ideas continuarán evolucionando en bienestar de todos. Sin embargo, ante los que desconocen el mundo de los cuatro temperamentos se ahogan en una taza de agua y siguen la opinión de las autoridades con títulos presuntuosos de grandeza que les consideran únicos en su clase por ser de Harvard. Antes de considerar plausible la opinión de los embaucadores de conciencia y aplacadores de la razón y la justicia estudia melancólicamente éste enfoque de los temperamentos al alcance de todos y sin la necesidad de llegar a un diván). Sería su condena para su cuenta bancaria y su salud "mental". 

QUIEN DICE QUE ESTAS SOLO, SOLO DEBES ESTAR, NO GUSANO. jcps 

Continua leyendo sobre los temperamentos en 
tolerancia-y-paz-ante-temperamentos-opuestos

LOS CUATRO TEMPERAMENTOS:

SANGUÍNEO ( Entusiasta ) COLÉRICO ( Emprendedor )

FLEMÁTICO  ( Afable )       MELANCÓLICO ( Analítico ) 

Prueba: TuTemperamento primario y el secundario
  Somos compatibles?
     Mi pareja ideal, debe actuar diferente a mi?

Quien soy y realmente, somos iguales?
   En el calzado del otro.
      La amistad y, quien es mi amigo?

Cuan útil puede ser un enfoque tan antiguo?
    La libertad y la verdad, o verdades?
       Donde empezar para entender?
   



7 comentarios:

  1. Anónimo18.2.12

    Gracias por publicar esto me ha ayudado muchisimo a escoger mi maestria.

    Y a los que ya terminaron una carrera que no es la suya por que sus viejos les obligaron NUNCA ES TARDE PARA REMEDIARLO ESTUDIEN UNA MAESTRIA de lo que les gusta y sera muy felices.

    Ya lo dice el dicho :"Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace"
    PAUL SARTRE

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  2. Damián14.12.12

    Excelente el artículo, le acabas de mejorar el autoestima a otro melancólico estudiantil. Yo también deseo planificar mi vida a mi gusto, y lo voy a hacer.
    Gracias por un artículo tan alagador

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  3. Anónimo11.9.13

    Hola: Pero no comprendí exactamente como trabajar para contrarrestar el pesimismo y el aislamiento social al que estamos propensos?

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    1. En el desarrollo de los talentos no se busca eliminar opciones que ayuden a mejorar el temperamento. Si la persona analítica prefiere estar en anonimato no le veo falla a esto. El grado de pesimismo en las tomas de decisiones son vitales para no minimizar un fracaso o rechazar alternativas viables al logro de la(s) meta(s). El gusto o la inclinación optativa del individuo es posible se vea impersonal o antisocial pero para los colores y olores los gustos.
      Espero no le aclare mucho y continúe su interrogatorio.

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  4. es una guia muy Buena al descubrir todas eseas abilidades con las ke fuimos dotados

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    1. Saludos raptor.
      Los rasgos descriptivos de los temperamentos nos ayudan a tener en una mejor perspectiva los talentos, virtudes y fortalezas particulares que sencillamente aplicamos diariamente o una que otra vez. Al repetir el habito de sopesar algo antes de actuar es un talento melancólico que a la larga se convierte en la llamada "hábilidad". La habilidad del analista es precisamente el "pensar las cosas antes de actuar de manera todo vaya de acuerdo a lo planificado" por supuesto, según los parámetros del analista.
      Me alegro mucho de tus encuentros y continua estudiando el tema.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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